¿Quiénes somos los profesores para dar o quitar oportunidades?
ESCUELA INCLUSIVA
La inclusión tiene que ver con ver y sentir; la escuela inclusiva se tiene que reflejar en los documentos y entre estos y la realidad tiene que haber una correspondencia. En muchas ocasiones estos documentos se copian (por inercia, formas de trabajar muy tradicionales…) pero hay centros que esta dimensión de planificación la “viven”, la piensan, la sistematizan, la realizan desde la acción de la autonomía docente.
La escuela inclusiva se vasa en dos principios: la equidad y la justicia social, principios muy importantes en una sociedad democrática.
Se entiende que nuestro sistema es inclusivo, que tiene que acoger a todo el mundo. Hace 20 años los niños con discapacidades físicas no podían ir a la misma escuela que el resto de los niños, pero se va avanzando, y desde la LOGSE, se va construyendo una escuela mas inclusiva, basada en una serie de principios. Legalmente si tenemos una escuela inclusiva, pero en la práctica esto no puede no ser así. Hay que empezar a ver a los niños en términos profesionales, más allá de cómo son, hay que ver que hay niños que no están en condiciones de igualdad, en los centros tenemos que tratar de garantizar la igualdad en accesos a los medios que proporciona la escuela. Hay que atender a la diferencia, a la diversidad, lo que implica un cambio en las metodologías, que en muchas ocasiones no se produce, por lo que se piensa que ha bajado el nivel, pero es porque realmente no se da una atención individualizada, lo que provoca propuestas como los cursos de excelencia.
Según vemos y sentimos así actuamos, una máxima en nuestra profesión. Nadie ve fuera lo que no quiere dentro, no quiero justicia, equidad igualdad, si no lo he pensado antes, si creo que infantil es pintar, rincones, una metodología, coordinarme, si no voy más allá como profesional, no puede haber en mi clase equidad y justicia.
El como vemos las cosas, como las sentimos, implica necesariamente una forma de actuar, lo que deriva en generar una escuela inclusiva o exclusiva (en mi opinión camuflada en una igualdad, que en realidad no proporciona atención a la diversidad).
En la escuela inclusiva todos tienen oportunidades y todos avanzan. En la escuela inclusiva todos llegan a una meta. Es difícil el cambio porque partimos de una miradas muy exclusoras y segregadoras.
En la teoría todos estamos de acuerdo en que la escuela inclusiva es totalmente necesaria para responder a las necesidades de la sociedad actual, pero a la hora de llevarla a la práctica, todo cambia, porque no se trata de limitarse a decir o pensar que se quiere hacer, hay que llevar a cabo cambios muy importantes tanto en la metodología como en la mentalidad. Esto puede implicar inseguridad, si no se tiene bien claro como se ha de llevar a cabo, que cambios tenemos que realizar. Pero tenemos que salvar estas dificultades, empezar a plantearnos la influencia que ejercemos sobre los niños, que nuestra forma de pensar y por tanto de actuar puede influir tanto en los pequeños que podemos marcar su futura forma de enfrentarse a los estudios, al hacer que se sientan inseguros y que sientan que no son competentes a la hora de enfrentarse a los desafíos escolares.
Con esto no quiero decir que los profesores hagan esto intencionadamente, simplemente el hecho de no reflexionar sobre la influencia que ejercemos en nuestros alumnos, la importancia de nuestras formas de actuar y nuestras metodologías y como afectan a los niño, etc. Podemos recaer en no darnos cuenta de cómo les estamos perjudicando, por esto creo que en una profesión con la de docente es totalmente imprescindible someter nuestro trabajo a una continua autoevaluación y reflexión, para precisamente, no caer en la ignorancia, ya que nuestros actos pueden ser muy transcendentales y afectan de lleno a los alumnos.
A esto se añade el problema de que no solo obviamos la existencia de alumnos que sufren, sino que también pasamos por alto algunos procesos educativos que tendríamos que someter a reflexión, como, según Echeita en “ojos que no ven, corazón que no siente”, podemos caer en pensar que, por ejemplo, <<que hay un porcentaje de alumnos que no pueden integrarse, “ que no son de integración”, o que para algunos de ellos estar integrados sólo tiene sentido en las primeras etapas educativas (Infantil y Primaria)>> o también el caso de niños con necesidades educativas especiales que los maestros delegan en profesorado especializado, separando a los niños de los demás. Obviando todo esto también estamos excluyendo, ya que al no pensar profundamente en nuestros modos de actuar podemos recaer en todo esto.
En el corto “Disminuir el paso” que hemos visto en clase representa muy gráficamente la escuela inclusiva, ya que el fin es que todos los niños al margen de sus diferencias alcancen unos objetivos, es decir, que todos lleguen a la meta, y esto solo puede ser posible atendiendo a todos los niños de forma individualizada, proporcionándoles los conocimientos de forma que todos los puedan entender y así juntos desarrollarse en un ambiente de igualdad, respeto y convivencia sana, en el que nada es mejor ni peor, simplemente diferente.
carolina Román Moraleda
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